domingo, octubre 18, 2009

Dinámica de la crisis; de la decadencia de los EEUU a la desintegración del sistema global

conexión a la conferencia de Jorge Beinstein (pdf) en México DF(UNAM)sobre crisis y globalización (material IMPRESCINDIBLE, complementario del video y texto anteriores en este mismo blog)
http://suaed.politicas.unam.mx/noticias/beinstein_mexico2009.pdfCRITICA FILOSOFICA PARA MANTENER LA VIDA
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LA VIDA

LA ACTUAL CRISIS INCLUYE FINANZAS, ENERGÍA, ALIMENTACIÓN Y MEDIO AMBIENTE


La crisis que estallaba en el 2008 y cuyos efectos no podemos aún determinar con claridad es no solamente de cuño financiero y económico sino que,a juicio de Jorge Beinstein,se trata de un crisis cuya estructura implica además de dichos aspectos, otros componentes vinculados a la producción capitalista, los cuales incluyen: crisis energética, crisis alimentaria y crisis ambiental
En la entrevista siguiente responde a algunos puntos básicos de sus tesis sobre la crisis
http://www.ecoportal.net/content/view/full/85949/
FUENTE http://www.ecoportal.net/content/view/full/85949/

La crisis es financiera, energética, alimentaria y ambiental. Entrevista a Jorge Beinstein
12-05-09 Por Fernando Krakowiak

Jorge Beinstein es uno de los pocos economistas que en pleno auge del modelo neoliberal caracterizó la globalización como la antesala de una crisis mundial. Afirma que el capitalismo se ha convertido en un sistema que destruye fuerzas productivas. Asegura que es un error trazar divisiones entre empresas productivas y financieras porque ambas están muy vinculadas. Y sentencia que luego de esta crisis no se volverá a la prosperidad pasada.

Jorge Beinstein es uno de los pocos economistas que en pleno auge del modelo neoliberal caracterizaron a la globalización como la antesala de una crisis mundial. Sus pronósticos fueron desestimados por una amplia mayoría de intelectuales conservadores y liberales, que entonces creyeron ver una reconversión superadora del viejo capitalismo keynesiano. Sin embargo, el desprestigio que las recetas neoclásicas experimentaron en América latina desde fines de los ’90 y el reciente colapso del sistema financiero internacional revalorizaron su voz en los círculos académicos. Hace pocos días estuvo en la Feria del Libro presentando su libro Crónica de la decadencia y Cash aprovechó para conversar con él sobre las perspectivas que se abren en el nuevo contexto.

¿Por qué la crisis actual debe ser vista como la expresión de la fase terminal del capitalismo y no como una crisis cíclica más dentro del sistema?

–Primero por su magnitud. Hasta ahora en los planes de salvataje se insertaron 8 billones de dólares cuando los ingresos fiscales de los países del G-7 son iguales a 10 billones. Se calcula que la masa especulativa global en este momento asciende a 1000 billones. Cuando fue la crisis de 1929, el 3 por ciento de los estadounidenses estaba vinculado con la especulación bursátil y en este momento es casi el 60 por ciento. Ahora bien, esta crisis también es diferente en términos cualitativos. No es sólo una crisis financiera sino también una crisis energética, alimentaria y ambiental.

Algunos analistas relativizan el supuesto carácter terminal de la crisis diciendo que el capitalismo está en crisis desde que surgió y sin embargo no para de expandirse.

–Siempre están los que piensan que el capitalismo llegó para quedarse. Es una utopía conservadora potenciada por un sistema que desde sus orígenes se las ingenió para superar todas las crisis de sobreproducción. El problema es que a partir de los ’70 se empiezan a manifestar elementos de crisis que no son sólo de sobreproducción sino también de subproducción, pese a que en los viejos debates se consideraba que estas crisis habían desaparecido junto con las civilizaciones anteriores al capitalismo.

¿Cómo es posible que al mismo tiempo haya una convergencia entre una crisis de sobreproducción y otra de subproducción?

-Lo que pasa es que la sucesión de crisis de sobreproducción, siempre superadas o al menos amortiguadas, fue generando elementos de depredación energética, ambiental y agrícola que están devorando al capitalismo. Las crisis de sobreproducción nos diferenciaban del precapitalismo porque antes solo se conocían los ciclos más largos, las crisis de civilización, pero resulta que al final no éramos tan originales y también terminamos teniendo crisis de subproducción. El capitalismo se fue convirtiendo en un sistema que destruye fuerzas productivas. En los próximos años va a haber menos energía, menos capacidad de producción industrial y menos alimentos por habitante.

La producción de alimentos creció de manera espectacular.

–El problema es el sistema social, porque en realidad lo que se está produciendo crecientemente es soja para los chanchos y maíz para elaborar combustible. Ese maíz ya no puede ser considerado un alimento. Es un insumo para la producción. A nivel mundial, la cantidad de alimentos por habitante disminuye. Además, el desarrollo agrícola de avanzada ha llegado a un nivel tal de exacerbación de la productividad que está destruyendo la tierra, el recurso de base para la producción agrícola. Al utilizar glifosato para cosechar soja se logra aumentar la productividad por hectárea, pero en diez años la productividad va a terminar siendo menor a la que se tenía cuando se empezó a utilizar ese insumo.

Si el maíz se destina a la producción de biocombustibles va a haber más energía.

–Se produce más energía de origen agrícola, pero cuando se calcula la totalidad de la producción energética (tomando en cuenta petróleo, gas, energía nuclear, solar y biocombustibles) y se lo divide por la cantidad de habitantes, se observa que desde fines de los `80 la producción de energía por habitante está empezando a caer. Usted me podría decir que la gente puede vivir mejor consumiendo mucha menos energía, pero eso significa pensar en otro modelo de sociedad. La Agencia Internacional de Energía, que siempre había negado el Peak-Oil, en 2005 distribuyó un borrador titulado “Posibles medidas ante un eventual colapso energético”. Allí proponen prácticamente la eliminación del transporte privado, la descentralización de la industria y la descentralización política y administrativa. Ahora bien, que alguien explique cómo haría para funcionar la sociedad capitalista actual con esas reformas.

En la última cumbre del G-20, los líderes mundiales afirmaron que ésta no es una crisis del capitalismo sino una crisis de origen financiero que se revierte con mayor regulación sobre los mercados.

–Es un error trazar una división entre el sector financiero y el productivo. Hace un cuarto de siglo, las 200 más grandes corporaciones estadounidenses hacían negocios financieros y los mismos representaban cerca del 10 por ciento de sus beneficios. En la actualidad, esos beneficios están entre el 40 y 45 por ciento. En los últimos treinta años, las empresas productivas llevaron adelante esa reconversión porque hubo una desaceleración de la demanda y los excedentes de capital se fueron destinando al sector financiero. Esa es la economía capitalista realmente existente. Por lo tanto, si se pone fin al negocio financiero, muchas empresas supuestamente pertenecientes al mundo productivo deberán cerrar sus puertas. General Motors está al borde de la quiebra, pero en los últimos años una de las formas que había encontrado para sobrevivir era la multiplicación de negocios financieros. Además, no solo está el problema de las empresas. La sociedad de consumo en Estados Unidos y Europa sólo fue posible con la financiarización de los consumidores, que sirvió para amortiguar la crisis de sobreproducción.

Se fue postergando la resolución de los problemas.

–Sí, pero las dificultades son cada vez mayores. Ahora están haciendo los salvatajes, pero el problema no es de liquidez sino de solvencia. Aunque la tasa de interés baje a cero la persona que ya está endeudada no va a querer seguir endeudándose para consumir. Lo que quiere es conseguir un trabajo seguro. Se llegó a una situación de sobrecarga de deudas para financiar las compras y también hay un límite en cuanto a la posesión de objetos. El problema de la industria automotriz se explica en parte por la saturación de automóviles que existe en los países ricos.

¿Esta situación se puede revertir?

–No hay cómo hacerlo. Lo que se hizo desde los ’70 hasta ahora fue simplemente amortiguar la crisis. Ahora bien, yo no estoy diciendo que esta situación lleve a un derrumbe inmediato del sistema. Es un proceso de decadencia que se puede amortiguar, pero ya la vieja prosperidad no vuelve.

¿Durante cuánto tiempo se puede amortiguar una crisis? Si el capitalismo puede amortiguar un desenlace terminal durante cien años es porque ese desenlace dejó de ser terminal.

–La degeneración parasitaria del capitalismo empezó hace casi un siglo. La dominación del capital financiero es de fines del siglo XIX. El capitalismo consiguió sobrevivir, pero lo hizo en condiciones cada vez peores. La etapa actual es una exacerbación de la decadencia, pero nadie sabe lo que puede pasar. La crisis propone y la cultura dispone.

La ventaja que tiene el sistema actual es que sus principios fundantes, como el individualismo, están muy arraigados en cultura moderna.

–Una de las características que han tenido las últimas décadas es que todo el planeta se hizo burgués, más allá de algunos enclaves. La civilización burguesa es una cultura planetaria. La cuestión es hasta qué punto esa cultura es viable. Puede haber una superación, pero también se puede entrar en decadencia.

En otros períodos históricos la crisis hizo pensar en la posibilidad de un cambio y hubo rebeliones populares generalizadas, pero ahora predomina la apatía.

–La magnitud de la crisis dejó a muchos ciudadanos paralizados. No hay que olvidar que el neoliberalismo provocó una desestructuración social terrible. La falta de reacción puede ser la expresión de una profunda decadencia cultural, pero también puede ser la calma que precede a la tormenta. El analista Zbigniew Brzezinski dejó de lado sus habituales reflexiones sobre política internacional y desde hace algún tiempo viene advirtiendo sobre el peligro de motines sociales en los Estados Unidos. Por ahora no hubo reacciones violentas, pero no se lo debe descartar.

En este contexto, ¿qué margen de acción tiene la gestión pública? ¿Da lo mismo Barack Obama que George Bush?

–La llegada de Obama refleja la crisis de la alternativa más radical del capitalismo, que era Bush. Los grandes partidos no pudieron imponer a sus candidatos tradicionales y terminó ganando un outsider de la política que encima es negro. Ahora bien, eso no significa que Obama implique un cambio de sistema. Está haciendo los mismos salvatajes que Bush y aumentó el gasto militar.

También les dio algunas señales a los sindicatos diciéndoles que ésta es su hora.

–Por ahora son sólo palabras porque los salvatajes son financieros. No hay redistribución del ingreso en los Estados Unidos. Los salvatajes tienen rostro keynesiano, pero están queriendo salvar lo que viene de la era neoliberal. Si quiere llevar adelante un verdadero programa keynesiano tampoco le va a ser fácil. Por ejemplo, si decide prohibir la importación de productos chinos, va a tener un conflicto muy importante con empresas estadounidenses que se radicaron en China para seguir siendo rentables. Con esto no quiero decir que no haya alternativas. Lo que digo es que las verdaderas alternativas no están dentro del sistema capitalista.

EL IMPACTO DE LA CRISIS INTERNACIONAL EN LA REGION

“Los gobiernos progresistas tendrán que definirse”

¿Qué impacto tendrá la crisis sobre Latinoamérica?

–Latinoamérica en muchos sentidos anticipó la crisis del neoliberalismo. En la región, ese modelo entró en crisis a fines de la década pasada y en los elencos gobernantes se puede ver una suerte de emergencia posneoliberal. A nivel de la economía no tanto porque ese progresismo latinoamericano pudo sostenerse y avanzar por la prosperidad mundial. Fue un antineoliberalismo que se apoyó paradójicamente en la última prosperidad del neoliberalismo que vivieron los países desarrollados. Ahora estos gobiernos progresistas están frente a una disyuntiva terrible. Si siguen como hasta ahora, la situación va a ser insostenible porque el mundo cambió. El auge exportador, que había permitido algunos avances sociales sin tocar mucho el sistema, terminó. En estos momentos, la situación se está poniendo grave porque hay una pelea muy fuerte por el ingreso y muchos de los gobiernos progresistas de la región van a tener que definirse. Van a tener que radicalizarse hacia la izquierda o la derecha se los va a terminar devorando. Hasta ahora expresaron más la crisis del neoliberalismo que la afirmación de un movimiento de transformación.

¿Las medidas que tomó el gobierno de Cristina Kirchner en respuesta a la crisis internacional en qué dirección van?

–Creo que en un principio estaban convencidos de que el sistema de equilibrio que mantuvieron, sobre todo durante la gestión de Néstor Kirchner, se podía prolongar durante mucho tiempo y terminaron reaccionando tarde. La nacionalización de las AFJP fue una medida correcta, pero debería haberse hecho antes y sobre la base de una gran concientización popular. Además, en el conflicto con la burguesía rural se equivocaron porque avanzaron con las retenciones móviles cuando los precios estaban por empezar a caer y encima terminaron permitiendo la reconstitución de la derecha. Ahora tienen por delante un escenario muy difícil porque no sólo son rechazados por las elites sino por amplios sectores de las capas medias.

¿La restauración conservadora es inevitable?

–Es cierto, pero es una derecha con cuerpo grande y cabeza chica porque no tiene proyecto. Cuando Carlos Menem llegó al poder tenía un proyecto porque el sistema de Europa del Este se estaba derrumbando y el neoliberalismo parecía dar respuestas para todo, pero ahora son bandidos sin proyecto. ¿Qué pueden hacer Cobos, De Narváez o Prat Gay? Lo primero que van a hacer es eliminar impuestos al sector rural y entonces no van a tener más alternativa que ajustar el gasto público y pedir dinero prestado. Eso es volver a los ‘90, pero no creo que sea tan fácil imponer esas recetas porque hubo un cambio en la sociedad.

¿Qué debería hacer el Gobierno para tratar de ponerle freno a esa avanzada?

–Debería nacionalizar los ferrocarriles y mejorar rápidamente su funcionamiento para ganar apoyo popular. También armar un ministerio de economía social y poner al sistema financiero en función de ese proyecto. Van a enfrentar resistencias, pero si no se hace nada van a terminar mal. Algunos dicen que no pueden avanzar porque no hay cuadros políticos suficientes, pero los cuadros políticos se forman cuando las cosas se van haciendo. No estoy diciendo que haya que transformar el ejercicio del poder en una aventura. Lo que digo es que hay que tomar la iniciativa. www.ecoportal.net

Nota:

Jorge Beinstein es economista egresado de la UBA y doctor de Estado en Ciencias Económicas de la Universidad de Franche Comté-Besançon, Francia. Fue director del Centro de Estudios Multidisciplinarios en Innovación Tecnológica y Prospectiva en la Universidad Nacional de La Plata y profesor titular de la cátedra “Historia económica y social general” en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. También se desempeñó como docente e investigador en Maison des Sciences de l’Homme, Institut National Agronomique de Paris-Grignon, Universidad de Franche Comté-Besançon y Conservatoire National des Arts et Métiers. Actualmente es profesor titular de la Cátedra Libre Globalización y Crisis en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, profesor del Doctorado en Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de La Matanza y coordinador del Observatorio Internacional de la Crisis, organización que agrupa especialistas de Europa, Asia, América y Africa.

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sábado, octubre 17, 2009

la crisis económica mundial año 2008 y siguientes

la página del Archivo Chile nos aporta entre otros muchos materiales de interés y utilidad para el análisis crítico materialista del presente un dossier sobre la crisis económica actual cuya lectura recomendamos . Consta de ocho documentos o artículos que a mi juicio son imprescindiblespara buscar no solamente entender mejor losfenómenos de la crisis sino que pueden aportar vías para la acción política concreta
http://www.archivochile.com/carril_c/ccrecomendamos0000026a.pdfCRITICA FILOSOFICA PARA MANTENER LA VIDA
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viernes, octubre 16, 2009

versión sobre posmodernismo y modernismo desde perspectiva de un economista inglés:John Kay



FUENTE http://www.johnkay.com/about/#Modernism

An end to grand designs - modernism and post-modernism

Firms are not the product of grand designs. The same is true of economic systems. Attempts to establish economic systems on the basis of abstract blueprints in Eastern Europe, Russia and the third world have led to lamentable failures. In the last decade this has been as true of the blue prints of the right as it was previously true of the blueprints of the left.

In other disciplines, the modernist view that systems and knowledge can be derived from entirely general first principles has come and gone. In architecture, for example, the twentieth century view that 'a house was a machine for living in' - entirely rational, functionalist - has given way to post-modernism. Architectural rationalism discarded much that was valuable, but tacit rather than explicit, in the classical tradition and the emphasis on functionality in modern architecture proved ultimately not even to be effectively functional. (You can read more in an article I wrote in the Financial Times on 29 April 1998.)

Yet economics and business are today the last bastions of modernism. There is still a firmly rooted belief that there are right ways of organising firms and economies, not just for here and now, but as universal maxims: and that in matters of business and economics sensitivity to culture, context, tradition and history are unaffordable sentimentality.

I disagree profoundly with this modernist position. Social phenomena can never be successfully understood or analysed in this way. There are many perspectives - literary, anthropological, economic - on the ways in which we behave and in which our society is organised. Each of them has a measure of truth, neither is the whole truth. See FT article 7th March 2001

Perhaps hope and ideology will prove victorious, in Iraq and on Wall Street. But real life and budgetary arithmetic generally win out. FT, 19.10.04

Introduction
The resource based theory of strategy
Stakeholding and corporate responsibility
An end to grand designs - modernism and post-modernism
Markets are embedded in a social context
Consilience

Most business people think that the job of the economist is to predict whether exchange rates will go up or down. Economists are not very good at predicting whether exchange rates will go up or down, with the result that business people have very little regard for economists. (See FT article of 10 October 1996)

My interests are different. Virtually all my work has been in microeconomics. First taxation, then regulation, and most recently issues of business strategy. Microeconomics is concerned with the behaviour of individual agents in the economy - such as households and firms - and with individual industries and markets and the prices of the goods and services sold in them. Macroeconomics, in contrast, is about aggregates - consumption and savings, national income and inflation. Only macroeconomists (and only a minority of them) pronounce on exchange rates.

So do not look on this site for predictions of exchange rate or forecasts of economic growth: you will not find them. My professional objective is to use the tools of economics to understand change in the structure of firms, industries and markets. This is the content of business economics.

You can get a flavour of what business economics is about from some of the articles on this website, - from 1 May 2000, 24 January 2001, 21 February 2001, 4 April 2001. The subject matter of business economics is closely related to business strategy, but the economic input into business strategy has always been modest and even Michael Porter, (the best known economist to have become a strategy guru) disguises his economic credentials. In an article from The Economic Journal you can read my attempt to explain the gap between business economics and strategy and, in an introduction to the Financial Times "Mastering Strategy" series , an exposition of what business economics has to say about strategy.

Here is a brief guide to what I regard as some distinctive aspects of my own thinking. There is a linkage and progression through them which may be more obvious to me than to you.

The resource based theory of strategy
This is one of the principal strands of thought in business strategy today. My own contribution to it is contained in Foundations of Corporate Success (1993) or Why Firms Succeed (1995): for a briefer version see the FT's introduction to "Mastering Strategy".

Resource based theory sees the firm as a collection of assets, or capabilities. In the modern economy, most of these assets and capabilities are intangible. The success of corporations is based on those of their capabilities that are distinctive. Companies with distinctive capabilities have attributes which others cannot replicate, and which others cannot replicate even after they realise the benefit they offer to the company which originally possesses them.

Business strategy involves identifying a firm's capabilities: putting together a collection of complementary assets and capabilities, and maximising and defending the economic rents which result. The concept of economic rent is central in linking the competitive advantage of the firm to conventional measures of performance - read more in an article first published in Finance Director. See also a keynote speech of July 2000 on How Measurement in Organisations has Changed.

Stakeholding and corporate personality
The idea of a firm as a collection of capabilities contrasts with two popular and more individualistic views of the firm. One, prevalent in US business journalism, is that companies are essentially extensions of larger than life chief executives - General Electric is Jack Welch, Microsoft is Bill Gates. The other, more widely held amongst economists, is that we can 'look through' firms to the individuals who have relationships with them. In this reductionist view shareholders, too numerous and too busy to manage firms themselves, hire managers to run the firm on their behalf. These managers then make contracts with employees, suppliers, and customers.

But companies which could be satisfactorily characterised in either of these ways would not make profits. Successful firms have distinctive capabilities. The value these firms add results from this identity and they cannot simply be defined by the contracts they have made. In a profound sense - a sense which is commercial and moral as well as legal - such companies have a reality, and a value, which is distinct from the individuals who contribute to them.

From this perspective, it hardly makes sense to talk about the ownership of a modern company. A large, successful corporation is necessarily a social institution, and would not survive if it were not. This position has political as well as economic implications. This leads to the economics of "stakeholding" - see Prospect and my inaugural lecture at the Said Business School.

An end to grand designs - modernism and post-modernism
Firms are not the product of grand designs. The same is true of economic systems. Attempts to establish economic systems on the basis of abstract blueprints in Eastern Europe, Russia and the third world have led to lamentable failures. In the last decade this has been as true of the blue prints of the right as it was previously true of the blueprints of the left.

In other disciplines, the modernist view that systems and knowledge can be derived from entirely general first principles has come and gone. In architecture, for example, the twentieth century view that 'a house was a machine for living in' - entirely rational, functionalist - has given way to post-modernism. Architectural rationalism discarded much that was valuable, but tacit rather than explicit, in the classical tradition and the emphasis on functionality in modern architecture proved ultimately not even to be effectively functional. (You can read more in an article I wrote in the Financial Times on 29 April 1998.)

Yet economics and business are today the last bastions of modernism. There is still a firmly rooted belief that there are right ways of organising firms and economies, not just for here and now, but as universal maxims: and that in matters of business and economics sensitivity to culture, context, tradition and history are unaffordable sentimentality.

I disagree profoundly with this modernist position. Social phenomena can never be successfully understood or analysed in this way. There are many perspectives - literary, anthropological, economic - on the ways in which we behave and in which our society is organised. Each of them has a measure of truth, neither is the whole truth. See FT article 7th March 2001

Markets are embedded in a social context
That modernist view is today most clearly found in views on the design of economic systems. Broadly, the 'Washington consensus' is that well-defined private property rights, active capital markets, and free internal and external trade, are necessary and sufficient for economic success. This is part of what Fukuyama, borrowing Nietzsche's striking phrase[es más bien Hegel,Ich], called the end of history. In the combination of late 20th century American progressive opinion, lightly regulated capitalism and liberal democracy we have arrived, once and for all, at the right answers.

I believe that this description of how market economies function is certainly superficial, and even wrong. I share the commitment to market economics and market economies. But I see the social context of markets not as a sideshow but as an integral part of how these markets work. And I believe it is the absence of an appropriate social context that provides the explanation of why the 'Washington consensus' has so often failed, just as socialism failed: because they relied on principles deduced in abstraction from the reality of the environment within which it was intended to function.

This social context is essential because
- modern economies need and process complex information. Asymmetry of information in transactions is handled by a range of rules, conventions and relationships between traders
- small group interactions frequently have pathological properties which need to be handled by contracts and conventions, by participation in hierarchically structured organisations, and by the development of sustained relationships
- many markets for risks do not and cannot exist: since the cost of insecurity to individuals may be very high, social as well as economic institutions for risk sharing and risk pooling are needed and are found in all societies
- property rights are not, in any but the simplest of economies, obvious or natural: they are social constructs and there are many different possible property rights régimes.

Reasoning of this kind denies the possibility of a single model, or blueprint, for economic systems. Properly functioning businesses, and markets, are particular products of specific social contexts and cannot easily be created outside of these contexts. See "The Good Market" from Prospect Magazine for an elaboration of this kind of thinking. A much more extended account will be found in my next book.

Consilience
Where is economics, including business economics, going? The most important developments in intellectual life over the last two or three decades are probably to be found in biology.

The discovery of DNA and the mapping of the human genome gives us the scientific underpinning for understanding life itself. The development of modern evolutionary biology and psychology allow us to begin to understand the relationship between our chemical and physical nature and our behaviour. Today, all this seems remote from economics and business. We can only see hazily how this project might enhance our understanding of economic and business processes, though see "Rational Economic Man" and "The Tortoise and the Hare", for some speculation. For broader insights, see EO Wilson, Consilience (1998) and S Pinker, The Blank Slate (2002)

Yet this central project of modern science must, if successful, ultimately change the nature of social science in fundamental ways.

There is ultimately at least a possibility of the real integration of social and natural sciences. That implies a subject of psychology that is firmly based in neurophysiology. Ultimately this may lead to a study of economics and management that builds on a much deeper appreciation of how individuals operate and social relationships are constructed. Such knowledge is certainly still one or two generations away, but has the potential to give us an understanding of social processes of a kind that today we can barely imagine.
© John Kay 2009, © Ripserve 2005


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domingo, octubre 11, 2009

B-0731 Tres órdenes de gobierno corresponsables en el combate al narcotrafico: senadores.

Inicio Periodo Ordinario Boletines de Prensa B-0731 Tres órdenes de gobierno corresponsables en el combate al narcotrafico: senadores.
B-0731 Tres órdenes de gobierno corresponsables en el combate al narcotrafico: senadores.
lunes, 16 de marzo de 2009
La Cámara de Senadores finalizó las audiencias públicas en materia de narcomenudeo y extinción de dominio, que fueron convocadas a fin de que los legisladores pudieran tener elementos para analizar las reformas.
lunes, 16 de marzo de 2009
Las Comisiones de Justicia, Estudios Legislativos Primera y de Estudios Legislativos Segunda del Senado de la República convocan a las “Audiencias Públicas para el análisis y reflexión sobre el nuevo marco jurídico en materia de extinción de dominio y revisión de la política criminal en materia de narcomenudeo”.

(BOLETÍN DE PRENSA) (GALERÍA FOTOGRÁFICA) (TRANSCRIPCIÓN)

Sen. González Alcocer. Presentación.
Audio: | 1 | Video: | 1 |

José Antonio Caballero Juárez.
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José Antonio Elizondo López.
Audio: | 4, 5 | Video: | 4, 5 |

Carlos Fazio.
Audio: | 6, 7 | Video: | 6, 7 |

González Plascencia.
Audio: | 8, 9 | Video: | 8, 9 |

Victor Manuel Guisa Cruz.
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Gerardo Laveaga.
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Ernesto López Portillo.
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Carlos Peralta.
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Jorge Javier Romo Vadillo.
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José Antonio Caballero Juárez. Réplica.
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José Antonio Elizondo López. Réplica.
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Carlos Fazio. Réplica.
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Victor Manuel Guisa Cruz. Réplica.
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González Plascencia y Gerardo Laveaga. Réplica.
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Ernesto López Portillo y Carlos Peralta. Réplica.
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Jorge Javier Romo Vadillo. Réplica.
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Sen. Ernesto Saro Boardman. Comentarios.
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Sen. Pablo Gómez Álvarez. Comentarios.
Audio: | 28, 29, 30 | Video: | 28, 29, 30 |

Sen. Pedro Joaquín Coldwell. Comentarios.
Audio: | 31, 32 | Video: | 31, 32 |

Fin de la reunión.
Audio: | 33 | Video: | 33 |



(GALERÍA FOTOGRÁFICA) (AUDIO Y VIDEO) (TRANSCRIPCIÓN)

TRES ÓRDENES DE GOBIERNO, CORRESPONSABLES EN EL COMBATE AL NARCOTRAFICO: SENADORES

• Sesión de Análisis y Revisión de la Política Criminal en Materia de Narcomenudo.

• Evitar penalización indiscriminada del consumo de drogas: especialistas.


• Coinciden senadores en la corresponsabilidad de los tres niveles de Gobierno, para enfrentar el flagelo de las drogas.

La Cámara de Senadores finalizó las audiencias públicas en materia de narcomenudeo y extinción de dominio, que fueron convocadas a fin de que los legisladores pudieran tener elementos para analizar las reformas.

En esta ocasión la audiencia se centró en la materia del narcomenudeo y contó con la presencia de 9 especialistas que expusieron sus puntos de vista y abordaron diversos aspectos de las reformas propuestas por el Ejecutivo.

Al iniciar la audiencia el director de la División de Estudios Jurídicos del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), José Antonio Caballero Juárez, consideró que con la iniciativa los ministerios públicos locales tendrán problemas al abordar el tema del narcotráfico. Por ello, recomendó establecer un Ministerio Público especializado por ser un tema atípico, para delimitar claramente qué es del ámbito local y Federal.

Por su parte, el especialista en adicciones, José Antonio Elizondo López, aseguró que el tema del narcomenudeo debe ser atendido en dos vertientes, la oferta y la demanda, pero en México se ha dado mayor impacto a la oferta. Es así, que invitó a los legisladores a establecer mecanismos que den protección a la salud mental de los consumidores, centrándose en la protección que tenga a la familia como centro del apoyo a la prevención de la adicción.

Carlos Fazio, periodista y analista internacional, recomendó ampliamente a senadores la necesidad de enfatizar las acciones que permitan la promoción de la salud. Al mismo tiempo, centrar esfuerzos en la prevención, reducción de daños, disminución de demanda, rehabilitación y reinserción social. Incluso consideró urgente generar un intenso combate contra bandas de narcotraficantes y en contra el lavado de dinero, por ser motores del crimen.


El Tercer Visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, Luis González Placencia, pidió a los legisladores no criminalizar a los consumidores. Reconoció que a pesar de que la reforma explícitamente niega esa situación, algunos preceptos legales incluidos en la iniciativa permitirían hacerlo. Incluso, consideró que si se criminaliza a los consumidores sin un adecuado proceso, se incorporaría al sistema penal mayor violencia que no beneficiaría, ni facilitaría, la tarea de las autoridades.

Sobre el tema, el ex director general de los Centros de Integración Juvenil, Víctor Manuel Guisa Cruz, recomendó establecer más programas de prevención pues recordó que es más factible prevenir los actos delictivos a establecer medidas para posteriormente combatirlos. Se pronunció en contra de encarcelar a los consumidores, en lugar de ello, propuso un trato más humano que atienda los problemas que los lleven a las drogas.

Gerardo Laveaga Rendón, director general del Instituto Nacional de Ciencias Penales, enalteció la reforma, ya que identifica la diferencia entre narcotráfico y narcomenudeo; distingue facultades de las autoridades; genera certeza jurídica; da respuesta a los farmacodependientes; y se empiezan a despenalizar ciertas conductas, por lo que la calificó de un instrumento de avanzada para enfrentar con imaginación el reto de salud del narcomenudeo.

Por su parte, Ernesto López Portillo, Presidente Fundador del Instituto para la Seguridad y la Democracia, opinó que el Estado no puede generar espacios de mayor riesgo, por lo que se deben construir alternativas y que la reforma incluya un proceso de la administración del cambio, al respecto, añadió que la cultura mexicana sobredimensiona las transformaciones.

A su vez, Carlos Peralta, Presidente y director general de IUSA, aclaró que en México no existe legislación clara que prohíba en consumo del alcohol o de las drogas. Lo que se necesita es identificar a los millones de enfermos que hay en el país y que se les suministre la droga mínima a fin de quitar el valor comercial de los estupefacientes, de esta manera se podrá reconocer a los adictos y atender su problema.

Por último, Jorge Javier Romero Vadillo, profesor del Departamento de Política y Cultura de la UAM, opinó que el objetivo de erradicar las drogas es inalcanzable. Asimismo, destacó que el crimen organizado no es especialista en drogas, sino en el mercado clandestino. Respecto a las campañas públicas de la farmacodependencia, mejor sería que a través de la educación, los hijos no lleguen a las drogas, y esto, informar, prevenir y educar, es una responsabilidad del Estado.

En la última parte de esta jornada el senador Ernesto Saro dijo que las leyes son perfectibles y que éstas deben estar en permanente revisión, como es el caso de este encuentro.

Desde el punto de vista médico, señaló Saro Boarman, que un adicto es un enfermo, que así lo reconoce el Estado y acepta la responsabilidad de atenderlo.

Subrayó que esta es una de las bondades de la iniciativa del poder Ejecutivo y que está encaminado a resolver la problemática del narcomenudo, con medidas de prevención, educación y atención integral, es decir física y emocional.

En su intervención el senador Pablo Gómez declaró que con el proyecto del Ejecutivo se pretende criminalizar el consumo de drogas, dado que no está bien definido hasta donde es delito o no.

Sugirió que en tanto se aprueba este proyecto se preparan a las policías, a los ministerios públicos y a todos los personajes involucrados, no sólo a nivel nacional, sino internacionalmente, porque este un asunto muy complejo, que requiere de más análisis, discusión y reflexión, para mejorar la lucha contra el narcomenudo, que es el último eslabón del narcotráfico.

En su turno, el senador Pedro Joaquín Coldwell, manifestó La iniciativa presidencial contra el narcomenudeo obliga a los tres niveles de gobierno a trabajar conjuntamente contra este flagelo de las drogas. “Hablo de corresponsabilidad”.

Estamos, enfatizó, ante un problema extremadamente complejo, dado que recientemente se informó que el número de adictos en México ha crecido 51 por ciento.

Somos un país que tiene una triple condición en esta materia, ya que somos productores, zona de trasiego, pero también somos consumidores, señaló. Lo importante es no abordar el problema con políticas públicas punitivas a tablas rasas, sino que seamos capaces de crear políticas públicas diferenciadas, con las peculiaridades de todas y cada una de las regiones del país

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